La noticia sobre la vacunación del expresidente Vizcarra circulaba en ciertos círculos del ámbito sanitario desde hace más de dos meses. Varios profesionales del Sector Salud lo comentaban con indignación, aunque sin documentación que lo sustente para hacerlo público. Lo cierto es que hubo «vacunas de cortesía».
No solo el expresidente Martín Vizcarra fue vacunado a escondidas, y con el mayor hermetismo, contra la COVID-19 en octubre del año pasado, mientras cientos de peruanos se morían a causa del virus en el país. La lista es larga y podría incluir hasta doscientos favorecidos de la burocracia dorada del Estado y algunos familiares.
Por ese entonces ya habían fallecido más de 80 mil personas en el Perú a causa de la pandemia y cada día se contagiaban más de 3 400, según las cifras oficiales que el propio MINSA reportaba.
Ahora que el propio exmandatario confirmó que recibió las dos dosis de Sinopharm en el mes de octubre del año pasado, están comenzando a aparecer las informaciones sobre la vacunación de otros personajes cercanos a Vizcarra, como ciertos miembros de su equipo de prensa, y varias decenas de funcionarios públicos de alto nivel, entre ministros y viceministros, y sus respectivas esposas. Eran rumores que circulaban hace semanas en los pasillos de algunos hospitales de EsSalud, por ejemplo. Pero se carecía de pruebas para realizar la denuncia.
La ministra de Salud, Pilar Mazzetti, se lavó las manos durante su presentación al Congreso, la noche del jueves 11, y dijo que nunca fue consultada por el exmandatario sobre el tema de su vacunación, pero aseguró que Vizcarra Cornejo no se encuentra incluido «dentro en la lista de beneficiarios en la primera fase de vacunación».

¿Cómo llegó la vacuna a Palacio de Gobierno? La respuesta la tiene el doctor Germán Málaga, investigador principal de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), quien encabeza el equipo técnico de esa casa de estudios que tiene a cargo los ensayos clínicos de Sinopharm.
Málaga, quien se niega a dar a conocer públicamente su versión, debe conocer con exactitud la identidad de todas las personas beneficiadas con las vacunas que son cerca de doscientos, de acuerdo con las fuentes consultadas por Sucesos.
La vacunación de Vizcarra se produjo pocas semanas después del inicio de la fase tres de prueba en el Perú de las vacunas de Sinopharm. Esta etapa, denominada «Evaluación de la eficacia», empezó oficialmente en el Perú en el mes de setiembre, en un universo de 12 000 voluntarios seleccionados previamente, que luego se redujo a 11 500 porque hubo renuncias.
¿Quiénes administraron las demás dosis de «cortesía»? Es la pregunta que el doctor Germán Málaga deberá responder como cabeza del equipo de investigación de la Universidad Cayetano Heredia que fue contratada expresamente por Sinopharm para realizar estas prueba.
Para llevar a cabo esta prueba, Sinopharm buscó el apoyo técnico de dos universidades peruanas, San Marcos y Cayetano Heredia. Estas dos instituciones se distribuyeron la administración de las doce mil dosis que llegarían de la China. El desarrollo de la vacuna en el país asiático se lleva a cabo a través de dos institutos de su subsidiaria China National Biotec Group: el Instituto Biológico de Pekín y el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan.
El hecho es que en setiembre llegaron al Perú doce mil dosis que se distribuyeron entre las dos universidades, seis mil para cada una. De ese modo, cada universidad manejó dos mil dosis provenientes de Pekín, dos mil de Wuhan y dos mil placebos, todas debidamente selladas y codificadas.
La información de cada dosis se consigna en un archivo reservado que se entrega a una comisión especial que lo guarda como si fuera la fórmula de la Coca Cola. Nadie tiene acceso a ella hasta que se concluye el proceso de prueba clínica y recién, entonces, se sabe quiénes recibieron las dosis reales de vacunas y quiénes los placebos.
Resulta, sin embargo, que junto con esa remesa oficial llegó al Perú otra más pequeña con las vacunas reales que se ofreció «de cortesía» y que se manejó en reserva, algo totalmente inusual en este tipo de procesos. Y allí radica lo extraño y sospechoso porque se presta para muchísimas interpretaciones y podría ser sujeto de investigación fiscal.

Informado sobre la «cortesía» china, el expresidente Vizcarra y su esposa, Maribel Diaz Cabello, decidieron vacunarse, prácticamente en secreto, al margen de las pruebas del voluntariado. Quien acudió a aplicar las dosis fue el propio doctor Germán Málaga acompañado de la enfermera Cynthia del Pilar Castillo Flores.
¿Quiénes administraron las demás dosis de «cortesía»? Es la pregunta que el doctor Germán Málaga deberá responder como cabeza del equipo de investigación de la Universidad Cayetano Heredia que fue contratada expresamente por Sinopharm para realizar estas pruebas. De la universidad Cayetano Heredia salieron las vacunas que se aplicaron a Vizcarra.