El 7 de enero el Poder Judicial determinará si otorga el derecho a decidir cuándo, cómo y dónde morir a la psicóloga Ana Estrada, víctima de una enfermedad degenerativa.
El Comité de Vigilancia Ética y Deontológica del Consejo Nacional del Colegio Médico del Perú expresó a través de un documento su apoyo a la búsqueda de una muerte digna que planteó la psicóloga Ana Estrada. Ella padece una enfermedad que ataca sus músculos y es degenerativa. Las trabas de las leyes peruanas impiden que ella pueda decidir por una muerte asistida cuando lo considere. La muerte digna asistida entró en debate en el país.
En febrero de 2020, la Defensoría del Pueblo presentó una acción de amparo a favor de la ciudadana Ana Estrada Ugarte, a fin de que el Estado peruano reconozca su derecho a una muerte en condiciones dignas.
La Defensoría fue notificada por el Poder Judicial con la resolución que programa audiencia judicial virtual para el 7 de enero de 2021 a las 12:00 horas. Allí se definirá la suerte final de Ana Estrada, mientras tanto como ella dice: «está presa en su propio cuerpo las 24 horas».
Ana Estrada busca que no se castigue a quien la ayude a morir cuando llegue el día en que sean insoportables los dolores causados por la enfermedad que paralizó casi todo su cuerpo, la obligó a alimentarse con una sonda directa a su estómago y a usar una traqueostomía para respirar.
A ella le diagnosticaron polimiositis -una enfermedad muscular crónica y degenerativa- a los 12 años y a los 20 comenzó a usar una silla de ruedas porque se cansaba al caminar y había perdido fuerza en los músculos.
Alfredo Celis, miembro del comité, explicó que el Colegio Médico del Perú pide que se reglamente el derecho a un testamento vital, ley que faculta al ser humano cómo desea morir cuando esté inhabilitado para expresarlo.
«Yo tuve que renunciar a todo: trabajo, independencia y autonomía, pero la libertad es lo único a lo que no voy a renunciar. La libertad para tener el derecho a elegir sobre mi vida y mi cuerpo…».
Respecto a la muerte digna indicó que están a favor de la ortotanasia. “La ortotanasia es el proceso de acompañamiento a una persona que, en situación irrecuperable, que tiene muchos dolores y que está sufriendo, a acompañarla a través del uso de los cuidados paliativos. Si tiene mucho dolor se le alivia el dolor, si hay ansiedad se le tranquiliza a través de la medicación y de los cuidados que requiere este paciente, apoyo psicológico, apoyo familiar”, detalló el médico.
«Soy Ana Estrada, tengo 43 años y soy de Lima, Perú. A los 12 años me diagnosticaron polimiositis, una enfermedad autoinmune, progresiva y degenerativa que atrofia e inflama los músculos causando pérdida de fuerza. Con los años, y de manera insidiosa, las limitaciones fueron cada vez más comprometedoras. A los 20 años comencé a usar silla de ruedas y poco a poco necesitaba más ayuda para realizar mis actividades diarias como vestirme, asearme, ir al baño, alimentarme etc. A pesar de todo, y con la ayuda de mi familia, logré titularme como psicóloga, trabajar y ser independiente», narra en un blog donde pide apoyo para que firmen un petitorio que respalda su decisión de morir dignamente.
«Pero con el tiempo, llegará el momento en que perderé la poca fuerza que me queda y dependeré totalmente del ventilador, seré más propensa a infecciones y a úlceras por presión. Por ese motivo, desde que volví a casa en el 2016 comencé a investigar sobre la muerte digna, una figura ilegal en mi país. Me sentía muy frustrada de no hallar una opción para poder morir», señala.
«Mi vida ha encontrado un sentido y mi energía está puesta en luchar por mi derecho a una muerte digna, es decir mi búsqueda por la muerte se ha convertido en una motivación de vida, por más paradójico que parezca. Porque finalmente, yo tuve que renunciar a todo: trabajo, independencia y autonomía, pero la libertad es lo único a lo que no voy a renunciar. La libertad para tener el derecho a elegir sobre mi vida y mi cuerpo y, si es que así lo deseo, poder morir en el momento que lo requiera o necesite», pide.